El descubrimiento de los nanotubos de carbono, por parte del japonés Sumio Iijima, contribuyó al trabajo de Humberto Terrones, dando pie a la producción a escala experimental de plásticos 100 veces más resistentes que el acero y seis veces más ligeros.

A pesar de su prometedor futuro en el extranjero, Humberto decidió regresar a su país natal para impulsar el desarrollo e investigación de las nanociencias. Fue así como, bajo su liderazgo, se instaló en 1991 el primer laboratorio dedicado al estudio de estructuras a escala nano en el Instituto de Física de la UNAM en Juriquilla, Querétaro.


El menor de los Terrones, Mauricio, obtuvo su título en Ingeniería Física en 1992. Mientras estudiaba su doctorado en Físico-Química en la Universidad de Sussex, Inglaterra, bajo la tutela del Premio Nobel de Química 1996, por el descubrimiento de los fullerenos, Harold W. Kroto; Humberto lo convenció de regresar a México.

Los hermanos Terrones, fueron los primeros en explicar desde el punto de vista teórico, la esfericidad de los fullerenos en un modelo conocido como Modelo Terrones.


Mauricio Terrones, es considerado un genio de la nanotecnología. En 1997, a la edad de 31 años, descubrió una ruta de auto-ensamble para la producción de nanotubos alineados, formando la base para que otros investigadores lograran “soldar” líneas enteras de nanotubos.

Posteriormente, en el año de 1999, fue el primero en publicar la síntesis y caracterización de nantubos de carbono con contenido de estructuras de nitrógeno. Los Terrones descubrieron que dichas estructuras son capaces de atacar de manera selectiva a las células cancerígenas.

En el año del 2005, el menor de los Terrones encontró un método para producir nanotubos de carbono limpios, altamente cristalinos y de doble pared, los cuales, gracias a sus propiedades eléctricas, pueden transportar hasta mil veces más electricidad que un alambre de cobre.

Tristemente, como en la mayoría de los países en vías de desarrollo, la falta de material especializado para las investigaciones, así como la ausencia de apoyo tanto económico como político, culminó en la penosa partida de los Terrones de su país natal. Actualmente, Humberto Terrones se encuentra en la Universidad Estatal de Pennyslvania, mientras que Mauricio fue contratado por la Universidad de Shinshu para formar parte del “dream team” japonés de las nanociencias.

Con este equipo, Japón busca conservar el primer lugar a nivel mundial en el desarrollo de ciencia y tecnología, mientras que México perdió a dos de los investigadores más importantes en el ámbito de la Nanotecnología.